lunes, 6 de octubre de 2008

Heinrich Schlieman

Fue un adinerado alemán (con este nombrecito su nacionalidad resulta un dato bastante evidente) que, presa del aburrimento, decidió demostrar que los lugares que Homero describe en la Ilíada y La Odisea existieron realmente. Gracias a esta motivación (y a la cantidad ingente de marcos alemanes que tendría en su haber, claro está), Heinrich logró encontrar Troya, Micenas y Tirinto.

Su afán por encontrar dichos territorios le despertó cuando visitó Pompeya, que se creía un lugar ficticio hasta su descubrimiento. Le dio entonces por pensar... y se lanzó a la búsqueda. Pero, ¿que habría pasado si en lugar de La Odisea o La Ilíada, Schlieman hubiese tenido a mano El Señor de los Anillos?. Pues quizá lo mismo, pero en vez de descubrir Troya, Micenas y Tirinto habría encontrado Minas Tirith, Isengard y el Abismo de Helm. Y es que parece ser que los métodos arqueológicos del siglo XIX dejaban bastante que desear, y la labor de Schlieman y compañía se limitaba a cavar como descosidos hasta encontrar algo que les sirviera de valor. Y para llegar a Troya, obviamente, destruyen sin piedad todo lo que se encontraba sobre ella, perdiendo muchos datos de interés histórico. ¿Qué dijo Schlieman? "Me la pica un pollo, tu cava hasta encontrar algo útil entre este montón de mierda basura". Palabras textuales.

Otro de los datos que han servido como base para considerar a este tipo un "Freak de la historia" es la bonita anécdota de su matrimonio con Sophia Engastromenos (tampoco hace falta ser un lince para saber de donde era la muchacha). Schlieman no tenía internet, ni móvil, y no le gustaban las discotecas de moda, así que ¿qué hizo para conocer a chicas? Pues Heinrich, ni corto ni perezoso, puso un anuncio en el periódico. En dicho anuncio recalcó que las aspirantes tenían que tener disponibilidad para moverse. No especificó que era para moverse por donde el diablo perdió el mechero para encontrar los enclaves perdidos que mencionaban obras de la literatura griega del año de la pera... supongo.

Pero la señora de Schlieman no se va a ir de rositas en este post, que está de camino a su ocaso. No, aquí repartimos a quien sea. Y es que, en la ya mencionada destrucción del yacimiento que fue Troya, la señora anteriormente conocida como Mrs. Engastromenos no tuvo mejor idea que ir desvalijando distintas tumbas para rapiñar joyas; para que nos entendamos, esto podemos compararlo a recortar partes del nº 1 de Spiderman, la versión inédita y conclusa de El Arte Alpha de Tintín y el guión original de Star Wars para hacer un macabro collage con piezas de coleccionista. Solo que en esta ocasión, además de coleccionista, era histórico. Eso sí, después de mandar a tomar por culo cargarse la fuente histórica que representaban las ofrendas fúnebres, la mujer se hizo una foto con todo puesto.

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